A toda costa, Fernando quiere apartar a Juana y Felipe de la sucesión cuando, el tiempo de Isabel, enferma, está a punto de concluir. El lunes, en “Isabel”.
Por
Alicia Marín
El final de la Reina se acerca
Tras haberlo puesto en ridículo ante el rey de Francia, Fernando intenta recuperar la relación con Felipe haciéndole partícipe del riesgo que representa para sus intereses como príncipe de Asturias la última idea descabellada de Enrique de Inglaterra: casarse con Juana “La Beltraneja”. De llevarse a efecto el enlace, el inglés podría reclamar para sí o para su hijo el trono de Castilla.En realidad se trata de una cortina de humo para sosegar la situación, pues el plan de Fernando es otro: apartar a su hija y a su yerno de la sucesión. Tanto él como Isabel desean que su nieto Carlos sea educado en España para convertirse en Rey en cuanto cumpla la edad requerida. Los Reyes Católicos encomiendan a Fuensalida la ardua tarea de viajar hasta Flandes para convencer a los Príncipes y traer al niño consigo. Además, algunos nobles prevén que el rey de Aragón pretenda hacer y deshacer a su antojo en Castilla una vez que Isabel fallezca. Y ya nadie duda de que el tiempo de la Reina está próximo a concluir. En Flandes, Felipe pide ayuda a su hermana Margarita pues teme el ánimo con el que pueda regresar Juana: se siente desatendida por Felipe y sus desequilibrios empeoran hasta el punto de poner en riesgo la vida de Carlos, su propio hijo.