Mientras Lucas se impone y saca a Aurora de su refugio bajo el escritorio, Rosario se cuela en la Casona para ver a María y Tristán la sorprende. Además, Francisca decide visitar la Quinta acompañada por Bosco y le tiembla el pulso al reconocer el nombre con el que la ha bautizado Severo: “Miel Amarga”. El lunes, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en el capítulo del viernes, Amalia desvelaba a Francisca sus psicóticas intenciones, en la entrega del lunes, Amalia seguirá excusándose por no haber hablado con Bosco. Inés le exige que haga algo, lo que sea. Entretanto, para sorpresa de Melchor, Francisca se hace la tonta respecto al embarazo de Amalia y ésta aborda a su padre tras su encuentro con la Montenegro para insistirle en que olvide sus “dudas”.
En el Jaral, Lucas se impone y a saca a Aurora de su refugio debajo del escritorio. Conrado confiesa a Candela sus dudas sobre Lucas sin percibir que el médico está cerca y los escucha. Mientras, María sigue firme en su intención de conseguir un arma, por lo que entrega a Fe un medallón para que lo empeñe y reúna el dinero necesario. Después, don Anselmo pide a María que se aleje de la Casona, pero María aún no puede marcharse, todavía no es el momento. Al tiempo, Rosario se cuela en la Casona para visitar a María, con tan mala suerte que Tristán la sorprende. Tristán echa de menos su pasaporte y pregunta a Fe de una forma que deja a la chica helada.
Finalmente, Bosco se ofrece a Francisca para acompañarla a la Quinta; no quiere que vaya sola, puede ser peligroso. Cuando llegan a la puerta, Francisca reconoce el nombre con que ha bautizado Severo la Quinta: “Miel Amarga”, recobra sus recuerdos y le tiembla el pulso.
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