El tiempo pasa en “El final del camino” y Gonzalo se ha convertido en padre de un hijo al que jamás podrá dar su apellido. En Compostela, Elvira y Pedro se han convertido en padres de un chico al que han puesto de nombre Gonzalo. Y en la corte, doña Urraca ha dado a luz a un niño con aspiraciones a la Corona, hijo de su marido Raimundo.
Mientras en la anterior entrega los espectadores fueron testigos de cómo Gonzalo se refugiaba en Zaida tras la muerte de Elvira, ahora, después de 14 años, Gonzalo se ha convertido en padre de un hijo al que jamás podrá dar su apellido, y en Compostela, Elvira y Pedro son padres de un chico al que han puesto de nombre Gonzalo. Además, las luchas de poder por la sucesión al trono de Alfonso VI serán protagonistas.
En el séptimo capítulo…
Han pasado 14 años. En Toledo, Gonzalo se ha convertido en el mentor de Sancho Alfónsez, hijo de Zaida y heredero de Alfonso VI; y se ocupará de educarlo como guerrero y de prepararlo para ser un buen Rey.Los años han hecho mella en la vitalidad de Alfonso VI, quien decide que Sancho capitanee a las tropas cristianas en Uclés. A esta batalla contra los almorávides también acude Gonzalo, no sólo para proteger a Sancho, sino para vengarse de Yusuf, quien comanda las tropas, y de Pedro.
Raimundo está gravemente enfermo y, temeroso por el desprecio que siente Urraca hacia su hijo, viaja a Compostela para confiarle a Gelmírez su última voluntad: su hijo Alfonso debe convertirse en rey de Galicia.
Mientras, Gelmírez visita Braga para reclamar donaciones para la iglesia del Apóstol Santiago. Ante la negativa del obispo de la ciudad, Gelmírez expolia las reliquias de varios santos como pago. Esta acción, junto con la excesiva vanidad del obispo, hace que el proyecto de la catedral de Esteban quede en manos del cardenal Mateo, un íntimo amigo de Odamiro que debe decidir si las obras prosiguen o se detienen para siempre.
El tiempo también ha pasado para Pedro, Elvira y su hijo, Gonzalo. Éste es un joven que ansía formar parte del ejército de Alfonso para poder enfrentarse a los musulmanes cara a cara, sin saber que su propio padre es uno de ellos.
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Gonzalo se convierte en el mentor de Sancho Alfónsez, hijo de Zaida, en "El final del camino"
Han pasado 14 años. En Toledo, Gonzalo se ha convertido en el mentor de Sancho Alfónsez, hijo de Zaida y heredero de Alfonso VI; y se ocupará de educarlo como guerrero y de prepararlo para ser un buen Rey.
Luchas de poder por la sucesión al trono de Alfonso VI, en el séptimo capítulo de "El final del camino"
Los años han hecho mella en la vitalidad de Alfonso VI, quien decide que Sancho capitanee a las tropas cristianas en Uclés. A esta batalla contra los almorávides también acude Gonzalo, no sólo para proteger a Sancho, sino para vengarse de Yusuf, quien comanda las tropas, y de Pedro.
Urraca ha dado a luz a un niño con aspiraciones a la Corona, en "El final del camino"
Raimundo está gravemente enfermo y, temeroso por el desprecio que siente Urraca hacia su hijo, viaja a Compostela para confiarle a Gelmírez su última voluntad: su hijo Alfonso debe convertirse en rey de Galicia.
El proyecto de la catedral de Esteban quedará en manos del cardenal Mateo, en "El final del camino"
Gelmírez visita Braga para reclamar donaciones para la iglesia del Apóstol Santiago. Ante la negativa del obispo de la ciudad, Gelmírez expolia las reliquias de varios santos como pago. Esta acción, junto con la excesiva vanidad del obispo, hace que el proyecto de la catedral de Esteban quede en manos del cardenal Mateo, un íntimo amigo de Odamiro que debe decidir si las obras prosiguen o se detienen para siempre.
Elvira es madre de un chico al que ha puesto de nombre Gonzalo, en "El final del camino"
En Compostela, Elvira y Pedro se han convertido en padres de un chico al que han puesto de nombre Gonzalo.
El hijo de Pedro ansía formar parte del ejército de Alfonso para enfrentarse a los musulmanes, en "El final del camino"
El tiempo ha pasado para Pedro, Elvira y su hijo, Gonzalo. Éste es un joven que ansía formar parte del ejército de Alfonso para poder enfrentarse a los musulmanes cara a cara, sin saber que su propio padre es uno de ellos.