Mientras Prudencio sigue acercándose a Julieta, Francisca necesita que Saúl actúe contra Severo y Carmelo. Además, Venancia se queda en el pueblo para pesar de Candela. El viernes, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en el capítulo del jueves, Candela recibe una visita inesperada y Francisca regresa, el viernes, Francisca parece disgustada y Saúl da por hecho que es por haberle fallado, pero no culpa a Saúl, sino a Severo Santacruz: él es el responsable de lo que están sufriendo. A Saúl, entonces, no le pide explicaciones, solo un abrazo. Por su parte, Prudencio sigue acercándose a Julieta, esta vez para proponerse como maestro de la joven, va a enseñarle a leer y a escribir con propiedad. Julieta se muestra muy contenta, no así Consuelo, quien siempre desconfía del chico.
Entretanto, Candela no quiere saber nada de quien fuese su suegra, hay muchísimo dolor en sus palabras, pero de pronto, la mujer parece al borde del desmayo y Candela tiene que socorrerla. Pasado el momento, la confitera insiste en su trato frío, y eso aunque Venancia viene con palabras de perdón: se está muriendo y sólo quiere morir en paz. Venancia no se marcha del pueblo, como le ha pedido Candela, y pide una habitación en la posada.
Por otro lado, Adela y Carmelo esperan la llamada de Ulpiano. Cuando suena el teléfono, Adela no se anda con rodeos y le habla de la boda a bocajarro, está enamorada.
Finalmente, Francisca verbaliza que cree que la respuesta a Severo y Carmelo solo puede darse desde la acción ¿Está Saúl dispuesto a actuar si ella se lo pide?
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