Netflix pierde suscriptores por primera vez en más de una década. Analizamos los motivos de su crisis en profundidad.
Alicia Marín
Netflix atraviesa una crisis histórica. El pasado miércoles 20 de abril, Netflix sufrió una caída de un 35% en bolsa tras su anuncio de pérdida de suscriptores (200.000) el día anterior. Además, también anunció que prevé perder 2 millones más en el próximo trimestre. “A corto plazo no estamos aumentando los ingresos tan rápido como nos gustaría”, ha declarado la compañía en una carta dirigida a sus inversores.
Netflix actualmente cuenta con 221 millones de abonados, muy por encima aún de los 130 millones de Disney+, en segundo lugar. No obstante, mientras el servicio de streaming experimentó un gran crecimiento en 2020 cuando miles de millones de personas estaban confinadas en sus casas debido a la pandemia de coronavirus, ya vio el incremento en el número de usuarios reducirse de forma significativa en 2021. A principios de marzo de 2022, la empresa suspendió su servicio en Rusia tras la invasión a Ucrania, lo que supuso la pérdida de 700.000 usuarios de ese país.
Números y previsiones tan negativas han hecho que la plataforma de streaming líder haya sufrido semejante caída en bolsa perdiendo una enorme capitalización bursátil.
Analizamos las razones de la debacle de Netflix
Netflix puede presumir de haber sido la primera en trasladar a las casas de sus usuarios series de producción propia pero, dado su éxito, diferentes cadenas y productoras han contemplado la posibilidad de llevar sus propios contenidos, dando como resultado que Netflix dejase de poseer derechos sobre series de terceros que ahora ofrecen directamente los creadores en sus propias plataformas, tales como Disney+, Amazon Prime Video, HBO Max e incluso Apple TV+, provocando que todas las producciones de las mencionadas plataformas desaparezcan de Netflix.
Por otro lado, de un tiempo a esta parte existen muchas quejas en la red acerca de la calidad de los contenidos ofrecidos por la plataforma, además de una ideologización de sus producciones, empujando a que muchos usuarios decidan prescindir del servicio. Con el objetivo de poner solución a lo anterior, Netflix ha prometido invertir 20.000 millones de dólares en la mejora de los contenidos, pero como bien apunta Juan Ramón Rallo en su vídeo sobre el tema, sumar calidad a sus producciones servirá de poco si sigue existiendo una ideologización en sus nuevos contenidos. Se seguirán perdiendo suscriptores en aquellos usuarios que identifiquen la pérdida de calidad con esta ideologización.
El precio
Cuando Netflix aterrizó en España en 2015, lo hizo con 3 modalidades: la básica de 7,99€, la estándar a 9,99€ y la premium a 11,99€. En 2017 se mantuvo el precio del plan básico y se incrementaron las versiones estándar a 10,99€ y premium a 13,99€. Ya en 2019 se produjo una nueva subida quedando el estándar en 11,99€ y el premium en 15,99€. Finalmente, en octubre de 2021 volvieron a subir los precios, quedando el plan estándar en 12,99€ y el premium en 17,99€, una subida incesante cada 2 años que llega a ser insoportable para muchas familias que por el precio de Netflix pueden conseguir Disney + (8,99€), HBO Max (8,99€) a los que, si pagamos con el descuento anual, añadimos Amazon Prime Video.
Actualmente, numerosos usuarios comparten la cuenta con amigos y familiares para repartir los gastos y seguir disfrutando del servicio. Según datos de la compañía, Netflix tiene 222 millones de “hogares que pagan”, pero estima que más de 100 millones de hogares usan Netflix a través de contraseñas compartidas. Para resolverlo, Netflix tiene en mente cobrar un extra por usuario adicional que use la plataforma, de hecho, se encuentra realizando pruebas para su implantación. Si esta medida llegase a España es bien seguro que perderían otro buen puñado de usuarios.
Catálogo y más
Al tema de las nuevas plataformas que se llevan sus producciones hay que añadir la cancelación de series (“Mindhunter”, “The OA”, “Sense 8”, “Altered Carbon”…) de la noche a la mañana, dejando a sus seguidores desamparados y sin continuación, lo que, evidentemente ha generado un profundo descontento en la audiencia. Y si a lo anterior le sumamos un algoritmo que hace realmente difícil encontrar algo que ver, el asunto se recrudece… ¿quién no se ha pasado un buen rato pasando títulos sin saber qué ver? A su vez, la pérdida de calidad de imagen, siendo posiblemente la que peor calidad emita, junto con unos subtítulos más que cuestionables con su traducción automática, hace acrecentar el descontento de los suscriptores, que pagan una cantidad nada despreciable por un servicio que no parece estar a la altura.
Tendremos que esperar para descubrir cómo evoluciona el mercado y los usuarios de la plataforma en los próximos meses pero, sin duda, resulta evidente que necesitan darle una vuelta y analizar sus problemas en busca de una solución que vuelva a coronar a Netflix como la plataforma líder ofreciendo el mejor contenido a un precio competitivo.
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