Avance capítulo 31 (miércoles 30 de octubre): El encuentro de Julio y Luisa
Julio y Rafael, dejando de lado sus diferencias, muestran un gesto de solidaridad hacia Alejo, quien ha asumido la responsabilidad de dar un lugar de descanso digno a los padres de Luisa. Conscientes del peso emocional que representa para él esta tarea, se ofrecen para ayudar en la instalación de la lápida.
Mientras tanto, en la casa grande, Victoria hace una entrada abrupta, trayendo consigo malas noticias: Adriana ha sufrido un accidente. Pero antes de poder detallar lo sucedido, se encuentra con Mercedes, quien le cierra el paso con una fría determinación. Las dos mujeres intercambian miradas cargadas de tensión, y Victoria, frustrada, se retira, pero no sin dejar claro que volverá a por respuestas.
En otro rincón del valle, Atanasio pone a Alejo en un compromiso cuando le pide alojamiento en Valle Salvaje. Alejo se ve forzado a considerar su petición.
Por su parte, Bárbara, tras recibir una decepcionante carta de la institutriz que pensaba contratar, se enfrenta a una difícil decisión. La misiva informa que la mujer no puede aceptar el puesto, y ahora, Bárbara se ve obligada a replantear sus planes, ya que no encuentra alternativas viables para cubrir el puesto.
Cuando Julio se entera del accidente de Adriana, decide visitarla, mostrándose genuinamente preocupado. Adriana, aunque agradecida por la atención de Julio, no puede evitar que una sombra de preocupación nuble su semblante. Sabe que la presencia de Julio podría causar una reacción inesperada en Luisa, y teme que la cercanía entre ambos avive las tensiones ya presentes entre la joven y su prometido.
Entretanto, Mercedes, siempre atenta a cada oportunidad para mejorar su posición, agradece a Bernardo por haber intercedido a su favor con Alejo, reconociendo que su apoyo ha sido crucial para ganar terreno en la casa grande. Bernardo, por su parte, se muestra satisfecho de que su intervención haya sido bien recibida, pero la relación entre ambos comienza a tornarse más ambigua de lo que ninguno quiere admitir.
Luisa, por su parte, presencia el enfrentamiento entre Victoria y Mercedes, quienes se encuentran permanentemente enemistadas por el poder y la influencia en la casa grande. Esta vez, Mercedes intenta tomar la delantera presentándose con una joya destinada a Adriana, un gesto que busca ganar su favor y, de paso, poner a Victoria en una posición incómoda. La tensión entre ambas mujeres alcanza un nuevo nivel, y Luisa comprende que el enfrentamiento no es solo una cuestión de poder, sino también de control sobre el futuro de Valle Salvaje.
En otro rincón del valle, José Luis tiene un momento de ruptura emocional con Bernardo, a causa de Pilara.
Finalmente, el momento de mayor intensidad llega cuando Luisa, en un intento de hacer las paces con su pasado, se dirige al lugar donde se ha colocado la lápida de sus padres. Al ver la piedra con los nombres de sus seres queridos, un torrente de emociones la invade, y por un breve instante, encuentra consuelo. Pero ese consuelo se convierte en pesadilla cuando, al alzar la vista, se encuentra con Julio.
