Cuatro
UN PRÍNCIPE PARA CORINA

“Un príncipe para Corina”: Diego y Corina al fin se besan

Anoche cambiaron las reglas y fueron los pretendientes a príncipe de Corina los que llevaron las riendas eligiendo el día a día de su pretendida.

Corina y Diego se dan su primer beso en el programa de Cuatro
Corina y Diego se besan/Cuatro
Anoche cambiaron las reglas en el programa de Cuatro "Un príncipe para Corina".  En el nuevo capítulo, emitido ayer, las reglas del juego cambiaron por completo.

Los aspirantes a príncipe de Corina llevaron las riendas y parecían encantados intentando cuidar cada detalle. Ellos eligieron los planes para la princesa, incluido el cambio de residencia de la guapa argentina, un lugar que ellos mismos se encargaron de decorar, no siempre de forma acertada.

Los pretendientes de Corina que aún no habían tenido una cita con la princesa, lo consiguieron por fin, como Quique, que intentó conquistarla a través de los beneficios del aloe vera sin éxito.

Borja, el camarero asturiano, se llevó a la princesa a su terrero a través de una cata de vinos. Él, que creyó haber arrojado todas sus armas de seducción con buen resultado haciéndole la mirada del tigre, al final, sólo resultó de lo más cómico para ella.

Los conquistadores también idearon entretener al amigo de Corina a través de la pesca, plan que no le convenció demasiado.

Mientras que Javier retó a los chicos a comprobar quién es el pretendiente más apto, Nahir intentó aconsejarles para allanar el camino hasta su hermana.

Pero el momento más emocionante del programa llegó cuando Diego, uno de los candidatos preferidos de Corina, se saltó las normas establecidas y asaltó la residencia de ésta que, encantada, se marchó con él para tener una cita llena de complicidad donde surgió el primer beso del programa.

Además, Pedro, el vampiro, reapareció inesperadamente. Llegó a palacio por sorpresa e invitó a algunos de sus compañeros a ser partícipes de sus hábitos de vida como vampiro, su apetito sexual o su capacidad para leer la mente. Todo ello en su lugar favorito: el cementerio.

Finalmente, llegó una despedida con una fiesta en la playa donde Andrés, el Capitán América, se sinceró con algunos de sus compañeros más allegados. También allí, en la playa, se efectuó la última expulsión y Álvaro abandonó el programa recibiendo la ya tradicional calabaza, que también recibió Pau en el programa anterior.
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