Tras la partida de su esposo Felipe, a Juana le obsesiona reunirse con él. Tanto se enfrenta con Isabel que ésta acaba por enfermar de nuevo. El lunes, en “Isabel”.
Por
Alicia Marín
La peligrosa recaída de Isabel
Mientras Felipe viaja a Francia para negociar la paz con Nápoles en nombre de Fernando, la princesa Juana parece dispuesta a todo para marchar tras él. Isabel, todavía convaleciente, sufre una peligrosa recaída a causa del enfrentamiento que mantiene con su hija. Cuando Juana da a luz al infante Fernando, los Reyes deciden alejarla de la corte con la esperanza de calmar su ánimo y mantenerla lejos de la influencia de su esposo. El archiduque, por su parte, se ha postulado como embajador ante Luis XII para relanzar el compromiso entre su hijo Carlos y la princesa Claudia. Conocedor de la ambición de Felipe, el rey francés no desaprovecha la ocasión para intentar atraerlo de nuevo a su bando. Fernando pretende poner en evidencia su deslealtad.Felipe reclama el regreso de su esposa, que exige partir de inmediato hacia Flandes. En ausencia del Rey, Isabel ha de abandonar el lecho en el que se repone de su enfermedad para acudir a Medina del Campo, donde Juana amenaza con dejarse morir a la vista de todos. Ya nadie duda de la perturbación que aqueja a la Princesa.
A pesar de la insistencia de Isabel, Fernando permite partir a su hija, muy preocupado por cómo afectan los actos de Juana a su debilitada esposa.