Mientras Raimundo confirma que Alfonso y Emilia están a salvo en París, encuentran la camisa ensangrentada de Saúl y Prudencio culpa a Francisca. Además, lejos, Elsa está viva, aunque retenida en contra de su voluntad. El miércoles, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en la entrega del martes, Raimundo trae noticias de Alfonso y Emilia, el miércoles, Raimundo confirma que Alfonso y Emilia están a salvo en París. Han de guardar el secreto, pero a Fe sí le cuentan las buenas noticias.
Entretanto, Saúl sigue sin aparecer. La desesperación de Julieta es sincera, y la de Prudencio lo parece también cuando llegan malas noticias: ha aparecido la camisa ensangrentada de Saúl. Julieta da rienda suelta a su dolor. Prudencio insinúa que la responsable de todo es Francisca.
Por otro lado, Irene intenta, sin éxito, convencer a Adela para que cuente lo de los anónimos y le pide confidencia en el disimulo. Después, Fernando se acerca al consistorio para presionar con la búsqueda y de paso, al conocer a Irene, la felicita muy a su manera, rozando la insolencia, por su próximo enlace. Además, mientras los Mirañar venden a don Berengario un bote de tinte sin decirle que es de “fabricación casera”, Matías sigue ayudando a su amigo a conseguir empleo, y le dice que la noticia no ha dado frutos: dan palos de ciego respecto al cadáver. Isaac, preso de los remordimientos, quiere entregarse a la Guardia Civil y Antolina lo impide.
Finalmente, muy lejos de allí, Elsa está viva, retenida en contra de su voluntad, pero viva.
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