“La caza. Guadiana” ha finalizado su rodaje en Huelva después de 13 semanas de grabaciones en diferentes localizaciones naturales de la provincia. Megan Montaner, Alain Hernández y Félix Gómez protagonizan la ficción, a la que vuelve el personaje interpretado por Francis Lorenzo.
Las grabaciones de la esperada tercera temporada de “La caza” han llegado a su fin tras 13 semanas de rodaje. Sanlúcar de Guadiana, Ayamonte, Isla Cristina, Lepe o El Granado han sido algunas de las localizaciones naturales en las que se ha rodado desde el mes de enero la tercera entrega de la ficción de RTVE en colaboración con DLO Producciones.
Los protagonistas del nuevo caso se han movido por escenarios de estos pueblos y el río Guadiana, como el puerto de Ayamonte o el de La Laja, con la participación de un equipo de figuración local de hasta 400 personas. En la nueva entrega, la trama tendrá lugar de nuevo en un pueblo ficticio, Frontera de Guadiana, donde el propio río será uno de los personajes.
La sargento Campos, el cabo Gamero y el sargento Selva volverán a afrontar juntos un caso en “La caza. Guadiana”. Además de Megan Montaner, Alain Hernández y Félix Gómez, esta temporada cuenta una vez más con Beatriz Carvajal, junto a nuevas incorporaciones como Pepe Viyuela o Pepa Aniorte. Vuelve además a la ficción un personaje muy querido por los seguidores: el teniente Santiago Baín, interpretado por Francis Lorenzo. Completan el reparto Kevin Medina, Cristina Kovani, Sebastián Haro, Almagro San Miguel, Carlos Suárez, Claudia Galán, Juanlu González, Helena Kaittani o Ángela Chica, entre otros.
En esta ocasión Rafa Montesinos, Mar Olid y Javier Pulido son los encargados del nuevo thriller de Agustín Martínez, junto a Juan Molina como director de fotografía.
El nuevo caso de “La caza”
La vida de un pequeño pueblo dividido por el cauce del Guadiana se ve dramáticamente alterada un domingo de mercado. Mario, un chaval de 19 años, presa de una crisis maníaca, lleva a cabo una matanza y acaba con la vida de tres personas. Un caso del que se encargan el teniente Baín y la joven cabo Sara Campos. Declarado inimputable, Mario va a parar al psiquiátrico penitenciario de Sevilla. Doce años después, un nuevo suceso reabre las viejas heridas del pueblo. Los sargentos Selva y Gamero dirigen la investigación.