Mientras la relación de Aurora y Conrado es cada vez más distante, en el juicio se descubre que el envío de la acetona era para Fulgencio y no para Francisca. El viernes 30 de enero, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
El viernes seremos testigos de la frialdad del beso entre Conrado y Aurora. Algo ha dejado de funcionar en esta relación. Conrado se preocupa y está celoso de la relación de su novia con Lucas, pero admite que lo primero ahora es pensar en el juicio. Entretanto, Alfonso evita que linchen a Matías. Los padres, indignados, exigen hacer un careo, pero lejos de solucionarse, la situación se extrema aún más. Al tiempo, Hipólito se recupera de su desmayo pero se niega a hablar de Quintina. Coinciden en que los males de Hipólito tienen que ver con la ausencia de su esposa.
Después, Aurora les da a Pedro y don Anselmo las gracias por participar en la farsa para salvar a María. Ambos desean a la joven suerte en el juicio. Mientras, Raimundo reconoce ante su hija que algo falla dentro de su cabeza, y se refiere al amor que no puede dejar de sentir por Francisca.
En la Casona, Mauricio se dispone a traicionar a Bosco evitando la modernización de la finca tal y como Francisca le ordenó. Mientras tanto en la cabaña, Inés se desespera por la falta de noticias de Amalia y se dispone a salir pero se detiene al sentir que un intruso acecha.
Finalmente, el juicio tiene lugar y Aurora se descubre desde el inicio, dejando claro que no está descerebrada. El juicio sigue su curso y se desvela la prueba más importante: “F. Montenegro” que aparecía en el envío de la acetona corresponde a Fulgencio y no a Francisca.
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