Mientras Fernando Mesía ha llegado para quedarse en la Casona y tiene unos poderes firmados por Francisca, se encuentra una prueba que impide seguir defendiendo la coartada de Julieta. Además, Raimundo exige a Emilia y Alfonso que le cuenten la verdad. El viernes, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en la entrega del jueves, Fernando Mesía vuelve a Puente Viejo, el viernes, Mauricio amaga con ir a partirle el alma pero Raimundo le detiene: Fernando ha llegado a la Casona para quedarse y trae con él unos poderes firmados por Francisca para actuar en su nombre como él estime, así, todos están a su cargo. Fernando se sienta con Prudencio, quiere saber cómo está el asunto con su mujer para ayudarle de la misma forma que lo hubiera hecho Francisca: puede contar con él.
Entretanto, Reneses les confirma que pueden haber encontrado un objeto personal de Julieta en la tumba, así que no pueden seguir defendiendo su coartada de que cuando ella marchó seguía vivo. Saúl y Julieta están preocupados y hacen cábalas sobre lo que supondrá la horquilla en el cuerpo. Por otro lado, Carmelo y Adela lamentan que vaya a marcharse Irene por las consecuencias para Severo y su hijo. Pero Irene sueña que Severo le pide matrimonio y se desilusiona cuando lo que le regala, en vez de un anillo, es un brazalete con el nombre de Carmelito grabado.
En el Colmado, la primera agraciada con un sobre con un cromo es Marcela y le toca una estampa de Melitón. Aunque no parecía una estrategia muy brillante, el primer día parece que ha dado resultado: las estampillas generan cierto interés. A la par, Tiburcio y Melitón detectan que Marcela y Matías se traen algo entre manos relativo a sus padres, pero el joven no suelta prenda ante ellos y solo se atreve a pedir ayuda a su abuelo y a Mauricio para que hable con Fe.
Emilia y Alfonso siguen con sus planes de acabar con el General y se muestran firmes en cuanto a ocultar la verdad a Matías. Emilia pide ayuda a Fe y le explica el plan para que ella decida si puede participar: necesita que deje fuera de combate a los esbirros a través del vino adulterado con narcóticos.
Finalmente, Raimundo les enfrenta y exige a Emilia y Alfonso que le cuenten la verdad: allá van, deciden no ocultársela.
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