Elsa aguanta las humillaciones de Antolina mientras busca una prueba decisiva contra ella que por el momento no encuentra. El martes, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en el capítulo del lunes, Mauricio descubre el secreto de Raimundo, el martes, Prudencio reitera ante Raimundo que no van a ser capaces de conseguir el dinero y éste se siente culpable por haber ralentizado la operación con sus reticencias: no volverá a estorbar.
Entretanto, tras la llegada de Pilar a la casa de comidas y los reproches de deslealtad vertidos, Julieta se ve obligada a contar a Saúl las gestiones que ha estado haciendo en Las Lagunas. Así, entendiendo que el intento de la joven al final no dará el resultado deseado, se ve obligada a dar explicaciones también ante Severo y Carmelo. Sin haberse rendido, les pide apoyo y autorización para que la dejen seguir con lo de Las Lagunas. Por otro lado, Marcela nota la felicidad de Consuelo, que no cuenta la verdad sobre el motivo de la misma, pero sabe que hay algo grande que se le está ocultando que tiene que ver con Elsa e Isaac y exige a Matías que le cuente lo que está pasando. A la par, Antolina abronca a Elsa, a la que trata como una auténtica sirvienta. No obstante, Elsa no pierde el tiempo en la casa y registra los aparadores en busca de algo que atestigüe que tiene razón al culpar a Antolina de la masacre el día de su boda, pero ésta llega demasiado pronto. Elsa comenta a Isaac que “todavía no ha conseguido nada”. Además, Gracia ha llegado por fin a su destino definitivo en los Alpes.
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