Mientras Antolina pierde al niño, los secuestradores tienen retenidos a los Castañeda, a los que tratan peor que antes. Además, a Raimundo le preocupa el “problema” que guardan en las catacumbas… El lunes, en “El secreto de Puente Viejo”.
Por
Alicia Marín
Mientras en el capítulo del viernes, el grito desgarrador de Antolina nos dejaba sin aliento, el lunes, tras el grito, Antolina sufre espantosos dolores y tiene pérdidas. Matías corre a buscar al doctor. Llega Álvaro, el nuevo médico, y se hace cargo de la situación.
Entretanto, Elsa descubre en el colmado que Antolina cambió de decisión para coincidir con ella en la fiesta de Santa Lucía, así, vuelve a La Casa de Comidas insistiendo en que lo de Antolina ha sido puro teatro. Pero le callan la boca, porque Antolina sí estaba embarazada y es ahora cuando está a punto de perder al niño. Finalmente, Álvaro informa de que el bebé se ha malogrado. Ha sedado a la madre, que no lo sabe todavía. Cuando por fin despierta, lo primero que hace Antolina es preguntar por su bebé, pero a Isaac se le atascan las palabras en la garganta. Por otro lado, Anacleto se toma la traición de Irene con deportividad y se despide amigablemente dando la colaboración con Irene por terminada. Además, hay un vagabundo que anda por el pueblo, pero nadie sabe quién es. Cuando Melitón interroga al vagabundo, les asegura que no causará problemas y solo se interesa por la venta de juguetes. En la Casona, Fernando cambia a María por Mauricio, no quiere que ella corra ningún peligro. Irá con el capataz, no con ella. Por fin se ve que los secuestradores no hablan en balde, tienen retenidos a los Castañeda y los están tratando peor que antes. Pero a Raimundo le preocupa el “problema” que guardan celosamente en las catacumbas, problema al que Mauricio llama “mi señora”.
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