Durante la boda de Andrés y María, Gema se encuentra con alguien inesperado; y Marta, afectada por la ausencia de Fina en el enlace, da un importante paso. Esto y más, en el capítulo 39 de “Sueños de libertad”, el jueves 18 de abril en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el miércoles 17 de abril, a pocas horas de la boda, María siguió dudando de Andrés; las monjas aconsejaron a Begoña no indagar en el pasado de Eugenia; Tasio desveló a Claudia que lo arrestaron por agredir al productor que llevó a Carmen a la cama; y, en la ermita, Andrés imaginó que se casaba con Begoña y se quedó en blanco… Provocando un gran revuelo entre los invitados…
Avance de lo que pasará el jueves 18 de abril en el capítulo 39 de “Sueños de libertad”
Andrés sigue sin contestar y don Agustín, azuzado por Damián, le vuelve a repetir si recibe a María por esposa. Ahora, al novio se le vienen a la cabeza las líneas de la carta del general Duque que falsificó su padre. Finalmente, recupera la lucidez y dice “sí, quiero”: Andrés y María ya son marido y mujer.
Mientras, Luz regresa otra vez al sanatorio de las monjas, convencida de que la religiosa que habló anteriormente con Begoña y con ella conoce a la supuesta hija de Eugenia. Sor Remigia, tras muchos titubeos, indica a la doctora que prefiere hablar con Begoña presente.
En la mansión, se celebra la boda y María confirma a Gema que el momento en que su ya marido se quedó en blanco se le hizo eterno. A la hora de las felicitaciones, Begoña solo acierta a decir “enhorabuena” a su cuñado, pero durante el brindis, ambos cruzan miradas delatoras.
Después, uno de los invitados saluda a Gema llamándola “Irene” y ella se hace la sueca, pero el hombre asegura conocerla de una fiesta organizada por una firma de moda. Acorralada, la sirvienta corrobora que es “Irene de Rojas” y acepta una cita en Madrid. Mientras, María, extrañada, se fija en la escena.
Posteriormente, la novia anima a Gema a no desaprovechar la oportunidad, ya que el invitado, un aristócrata según la criada, parecía muy interesado en ella. Entonces, Gema sentencia que es una mujer casada y rompe la tarjeta que le había dado el hombre.
En la fábrica, Claudia le cuenta a Carmen que Tasio agredió al productor por defenderla, y reconoce que el muchacho ha cambiado. Más tarde, Carmen le agradece a Tasio que le diera su merecido a quien quiso propasarse con ella. “Veo a un hombre que quiere ser bueno”, manifiesta la dependienta antes de besar a su exnovio.
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En la boda, Luis se topa en la cocina con Joaquín, que no ha parado de beber. El benjamín exige a su hermano mayor que deje el alcohol y ambos comienzan una discusión que acaba a tortas, hasta que aparece Digna y logra detener la pelea entre sus hijos. Su madre les suplica que no le den a Jesús lo que busca: dividir a los Merino.
Soliviantada, Digna aprovecha para leerle la cartilla a Damián. “¡Te dejé administrar mi dinero y has terminado controlando nuestras vidas!”, le suelta a su cuñado, al que tacha de egoísta. El patriarca admite que nunca había visto tan enfurecida a Digna, que le advierte: a partir de ahora, él será “el señor de la casa” y ella, “la mujer que le sirve”.
Entretanto, Mateo se disculpa con don Agustín, aunque no entiende que el cura no se sincerara con él y reconociera que necesitaba el dinero de la caridad para que su hermana y sus sobrinos tuvieran comida y techo.
Andrés coincide a solas con Begoña, con la que mantiene una pequeña charla que finaliza con una clara conclusión: los dos odian “tener que fingir”. Mientras, Marta, harta de tener que dar explicaciones sobre la ausencia de su esposo, llama a Fina y se marchan juntas a un hotel, donde se dejarán llevar. Y Gema, ya en casa, reprocha a Joaquín que le haya aguado la fiesta.
Por la noche, Andrés y María desenvuelven los regalos y agradecen a Jesús y Begoña el suyo, una pintura de Ordesa, donde se besaron por primera vez. Su cuñado puntualiza a la novia que el cuadro lo escogió su mujer. En la alcoba, Jesús pregunta a Begoña cómo sabía que ese lugar era especial para Andrés. Ella disimula y dice que fue por casualidad mientras da rienda suelta a la pasión con Jesús del mismo modo que Andrés y María lo hacen por primera vez en su dormitorio nupcial.
Don Agustín y su presunta hermana han engañado a Mateo. En la cantina, el cura asegura a la tal Susana que el chico se lo ha tragado todo, pero ella teme que siga tirando del hilo. El párroco cree que es imposible que el joven descubra que ya ha “sisado dinero antes...”
A la mañana siguiente, Begoña y Luz acuden al encuentro de sor Remigia, que explica a la enfermera que fue su difunto padre el que le rogó que nunca le contara que Eugenia Montes no es su tía… La mujer, en realidad, se llama Mercedes Cubillo y es… ¡Su madre!
Si quieres sabe más, adelántate a los próximos capítulos en nuestro octavo avance semanal de “Sueños de libertad”.
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