Tras lo sucedido con Mateo, Damián está furioso con Jesús, que a su vez se enfada con Begoña por haber pedido ayuda a Andrés. Esto y más, en el capítulo 49 de “Sueños de libertad”, el viernes 3 de mayo en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el jueves 2 de mayo, los ataques de tos de Luis fueron a más, negándose a que Luz lo examinara. Y ante la posibilidad de perder Los Olmos, los Merino planearon comprar la finca. Además, por culpa de los dobles turnos, Mateo sufrió un accidente y Jesús le obligó a seguir trabajando, pero Begoña y Andrés lo impidieron, aunque el chico acabó desmayándose en la cantina…
Avance de lo que pasará el viernes 3 de mayo en el capítulo 49 de “Sueños de libertad”
Tras desplomarse en la cantina, Mateo despierta en el dispensario con Damián pendiente de su evolución. Luz asegura que fue una imprudencia que volviera a trabajar después de recibir un golpe en la cabeza y le ordena reposo, para lo que el patrón le ofrece su casa. Mientras, Andrés recuerda a Jesús que si Mateo llega a desmayarse al volante de la furgoneta, no lo cuenta.
Cuando el benjamín acusa al primogénito de haber estado a punto de matar al empleado, Damián irrumpe en el despacho y pide silencio. Cada vez más harto de Jesús, el patriarca le recrimina a gritos su “imperdonable irresponsabilidad” y le exige que asuma su error inmediatamente. Su hijo se ríe, admite que se equivocó y se marcha molesto.
En la mansión, Marta intenta que Isidro se acerque a Fina enumerando las numerosas virtudes de su hija y alabando el cariño que ambos se han tenido siempre. Luego, Digna le recomienda al chófer que, sea el que sea, arregle el problema que tiene con Fina, pues le queda poco tiempo de vida.
Más tarde, Isidro exige a Fina que vuelva “a ser la de antes”, y ésta ya no encuentra palabras para que entienda que ser homosexual no es ningún antojo. El padre critica a su hija por tener “engañada” a Marta, que le ha estado hablando muy bien de ella. “Si supiera la verdad…”, se lamenta el chófer, ajeno a la realidad.
Por su parte, María, que siguiendo el consejo de Gema se enroló en la beneficencia para no ser menos que Begoña, confiesa a la sirvienta que está cansada del comedor social e idea recoger ropa usada y montar un mercadillo solidario.
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Entretanto, Carmen va en busca de su suegra y le ruega que no estropee a Tasio, que está completamente hundido, el día más feliz de su vida. La sevillana invita a Ángela a aprender de su hijo, “un hombre comprensivo”, y le promete que las puertas de su casa siempre estarán abiertas para ella. La mujer acaba llorando amargamente…
Y Andrés se disculpa con Begoña por no poder cumplir su promesa de que Jesús no se enterase de que habían hablado para impedir que Mateo se pusiera en carretera en su estado. En esas, aparece María y comunica a su marido y su cuñada que don Agustín ha dado el visto bueno a su mercadillo benéfico.
Además, les informa que ha dejado el comedor social, escudándose en que había un enfermo mental que la molestaba, y saca a relucir a la “tía” de Begoña. Entonces, María se da cuenta de que se ha metido en un jardín del que no sabe salir... “Es duro tratar con esas personas, pero más sufren ellas”, la interrumpe enfadada la enfermera.
Por la noche, Luis se presenta con temblores y sin poder mantenerse en pie en la consulta de Luz. El perfumista dice que tiene mucho frío, que le duele todo el cuerpo y que tose desde hace días, y la doctora le regaña por no haber acudido antes.
En su habitación, junto a Fina y Claudia, Carmen se prueba el vestido de novia que le ha prestado una amiga. Sus compañeras le han comprado la réplica de una cadena que perdió. Después, Marta se incorpora a la reunión y le regala… ¡La misma joya!
En la alcoba, la pelea diaria entre Jesús y Begoña versa esta vez sobre la temeridad del empresario con Mateo. Su mujer lo abronca por negarse a reconocer que ella y Andrés salvaron al trabajador, y él piensa que toda la familia conspira para dejarlo en evidencia.
A continuación, Begoña se topa en el pasillo con Andrés, que la anima a desahogarse con él cuando lo necesite, y ella se echa a llorar. “Sé que guardas algo y si lo sacas, te sentirás mejor”, le susurra su cuñado… Así, Begoña le revela que Eugenia no es su tía, sino su madre, y se llama Mercedes…
Y en la trastienda del dispensario, Luz atiende a Luis, que reposa en la cama de la doctora y ya no se acuerda de por qué fue al consultorio. Pese a su delicado estado de salud, el perfumista piropea a la médica, que se queda dormida sobre el pecho del que fue su pareja…
Si te perdiste algo, repasa los capítulos anteriores en nuestro último avance semanal de “Sueños de libertad”.
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