Mientras doña Begoña vuelve a Puente Viejo, Francisca y Raimundo se instalan en su nueva casa. Además, la Marquesa planea eliminar a Rosa. La próxima semana en “El secreto de Puente Viejo”.
“El secreto de Puente Viejo”, la ficción española más longeva, afronta su última temporada tras más de 9 años de emisión. El próximo lunes 16 de marzo, Antena 3 arranca una nueva ronda de capítulos que promete máxima intensidad y emoción.
Mientras la semana pasada, el preocupante estado de salud de Raimundo y el regreso de Marta fueron protagonistas, en los próximos capítulos, Francisca y Raimundo se instalarán en su nueva casa, y doña Begoña volverá a Puente Viejo. Además, la Marquesa, planea eliminar a Rosa…
Marta intenta que su hermana le crea, pero Rosa se comporta de un modo extraño, parece desvariar. Pero, después, las dos parejas, Adolfo y Rosa, Ramón y Marta, deciden encontrarse y charlar amigablemente.
A la par, Pablo decide marcharse a Bilbao para buscar a Santos y a su madre y tratar de convencerles que retiren la denuncia contra Urrutia. Por su parte, don Ignacio agradece a Ramón su apoyo y reconoce sentirse culpable de lo ocurrido a Urrutia.
Más tarde, Adolfo confiesa a Tomás que no ha olvidado a Marta, está en shock desde que sabe lo de su boda con Ramón. Su hermano le aconseja anular la boda y evitar más errores, pero Adolfo piensa en el bebé y cree que debe disimular lo horrible que le resulta el futuro.
Finalmente, Antoñita informa a la Marquesa que Francisca le ha entregado un sobre con buena propina, y como si fuera a despedirse, Francisca habla con Raimundo, parece que sus planes están a punto de culminar.
El encuentro de las dos parejas resulta tenso, salvo Ramón, ajeno a las suspicacias y dobles sentidos que manejan los demás. El recién casado sostiene que decidieron todo con rapidez para evitar eclipsar la boda de su cuñada. Después, Rosa inquieta a Manuela al comprobar su obsesión por la boda.
Más tarde, Marta y Ramón pasean por Puente Viejo y cuentan su enlace a Tomás y Dolores.
Por su parte, don Ignacio reúne a sus cuatro hijos y recapitula lo vivido en los últimos tiempos, los anima, a pesar de todo, a seguir adelante, quiere recuperar a su familia y en ese instante, reciben un telegrama que deja a todos asombrados. Doña Begoña ha salido de su sanatorio y está de camino a casa.
Entretanto, la Marquesa comprende su error, al oír a Francisca explicar que Raimundo ha sido trasladado a una casa que han dispuesto en Puente Viejo. La Montenegro no puede evitar sonreír al detectar el gesto de decepción que tiene la Marquesa. Don Filiberto y doña Isabel comparten rabia por sus frustrados planes.
La Marquesa está tan furiosa que se enfrenta con Tomás y le reprocha haberle ocultado sus planes para modernizar la mina. Tomás cubre a su hermano, pero cansado de sus pullitas, pregunta a su madre el motivo de que les trate diferente y priorice a Adolfo. Doña Isabel sigue enfadada y termina insinuando que Adolfo no es hijo de su marido, el siniestro Simón Castro.
Filiberto está a punto de atacar a Mauricio, pero es interceptado por dos enmascarados que le impiden el asalto y se lo llevan amordazado. Despierta en un lóbrego lugar y un encapuchado le da de comer y le pide paciencia, obtendrá respuestas a su debido tiempo.
Mientras, Tomás presiona a su madre para que aclare sus palabras y le explique de quien es hijo su hermano Adolfo, pero la Marquesa le asegura que ambos son hijos de Simón y desvía su atención hacia un tema delicado, la boda de Adolfo. Doña Isabel le cuenta que Rosa la apuntó con una pistola, está convencida que ha heredado la enfermedad de su madre y pide a Tomás que hable con Adolfo y trate de impedir que se case. La rabia de la Marquesa se aviva al recordar la pérdida de control sobre Francisca y lo vuelca en Antoñita y su capataz. Después, Tomás pide a su hermano que suspenda su boda y le asegura que, según su madre, Rosa está desequilibrada.
Entretanto, en La Casona celebran el telegrama que anuncia el regreso de doña Begoña. Don Ignacio comparte con Manuela su preocupación por el regreso de su esposa y deciden tomar ciertas precauciones. Las tres hermanas se preparan para recibirla y contagian su entusiasmo a Ramón que quiere causarle buena impresión. Pablo teme que su presencia vuelva a enfermarla y duda si debe marcharse para evitar incomodarla, pero Carolina le pide que confíe.
Finalmente, Francisca agradece a Mauricio, Matías y Marcela, su ayuda con la mudanza. Cree que, en esta modesta casa, podrá atender mejor a Raimundo y todos se ofrecen para que nada les falte en su nueva andadura.
Doña Begoña es recibida con mucho alborozo por parte de sus hijas, pero con veladas reservas por parte de don Ignacio, Manuela y Pablo, que temen su llegada por distintas razones. Las hijas revolotean alrededor de su madre y ésta se entusiasma con ellas y sus novedades. Rosa presenta a su prometido y doña Begoña se muestra como la suegra perfecta. Después, don Ignacio se asusta al no encontrar a sus hijas en La Casona, alertando a Manuela que percibe la angustia en sus ojos.
Más tarde, Adolfo exige a su madre explicaciones y la Marquesa le asegura que Rosa es una desequilibrada, a la que no ama y con la que debe evitar casarse, pero su hijo se niega, espera un hijo de ella y debe asumir su papel.
Entretanto, Francisca recibe la visita de Dolores que no se cansa de poner ciertas pegas a la humilde vivienda, provocando el enojo de su anfitriona, que termina por ponerle en su sitio.
Después de que Matías reciba una inquietante visita en el hostal, acude a ver a Alicia y le anuncia que ha recibido una visita de gente poderosa para recordarle que la oferta de liberar a Urrutia sigue en pie, siempre y cuando, renuncie a las elecciones.
Por su parte, Encarnación pide ayuda al capitán Huertas para hacerle llegar una carta a su marido y éste acepta, pero no sabe si lo conseguirá y le aconseja que medie con don Filiberto que tendrá más acceso al capellán del penal, pero Encarnación teme que su hija y el sacerdote se enconen por sus diferencias políticas.
Finalmente, Filiberto se encuentra atado, tirado en el suelo y rodeado de personas encapuchadas. Uno de ellos, el portavoz, empuña el crucifijo/puñal con el que don Filiberto trató de matar a Mauricio; todo parece indicar que es el fin del sacerdote.
Manuela frena la angustia de don Ignacio y le avisa que sus hijas pasean con su madre por Puente Viejo. Doña Begoña descubre que sus hijas no se llevan todo lo que bien que parecen mostrar. Don Ignacio intenta explicar a su mujer que el paseo con sus hijas le inquietó porque teme que su recuperación no sea total, doña Begoña se disculpa y aprovecha para preguntarle por las rencillas de sus hijas. Después, Adolfo despacha con Rosa y su padre los últimos detalles de la boda, pero no puede evitar recordar las prevenciones de su madre y el episodio de su prometida con la pistola. Más tarde, doña Begoña improvisa una despedida de soltera para Rosa, haciendo oídos sordos al consejo de Manuela que sugiere descansar para la celebración.
Mientras, doña Isabel se lamenta junto a su capataz e insinúa que lo mejor sería que Rosa desapareciera y así librar a su hijo de esta carga.
Entretanto, Filiberto espera su final, pero el encapuchado le hiere levemente y le devuelve su arma, dejándolo aterrado. Le explica que son una organización secreta, dispuesta a impedir que llegue la República y quieren contar con él entre sus militantes.
Por su parte, Matías está preocupado por la charla que tuvo con Alicia. Cada cual tiene sus prioridades, él ha elegido a su familia por encima de todo y ella, presentarse a las elecciones, en vez de aceptar la libertad de su padre. Alicia da su primer mitin en Puente Viejo, en el que anuncia su decisión de presentarse a las elecciones, las presiones que recibe para no hacerlo y los rumores sobre una organización secreta que intenta impedir el avance de la República.
Finalmente, el doctor Clemente informa a Francisca, Matías y Marcela, que el especialista sigue con el examen de Raimundo, pero ya intuyen que su proceso puede ser irreversible, puede haber milagros o que la ciencia avance, pero por ahora, no hay esperanzas de que se recupere. La Marquesa se presenta en casa de Francisca.