Begoña vuelve a replantearse sus sentimientos hacia Jesús mientras Elena toma una decisión que podría acarrear graves consecuencias para el empresario. Esto y más, en el capítulo 28 de “Sueños de libertad”, el miércoles 3 de abril en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el martes 2 de abril, Marta y Andrés aceptaron la petición de Luis de ayudarle a investigar el pasado de Luz. En su despacho, Damián recibió al notario y le entregó un sobre con dinero. El patriarca le prometió que si saliera a la luz que la carta que leyó Andrés no la escribió el general Duque, lo negaría todo, y ambos brindaron “por la familia”...
Avance de lo que pasará el miércoles 3 de abril en el capítulo 28 de “Sueños de libertad”
De madrugada, Begoña halla a Andrés en su habitación. Ninguno puede dormir y su cuñada confiesa que mintió cuando le dijo que no lo quería. Ambos se funden en un ardiente beso y se disponen a hacer el amor… Hasta que ella despierta agitada y ¡ve a Jesús con el desayuno!
“Tranquila, estabas soñando”, la calma su marido, que sugiere un momento de pasión. Ella lo rechaza y él, lejos de molestarse, la colma de halagos e insiste en darle “un hermanito” a Julia. Al final, el matrimonio acaba intimando mientras Begoña rememora su sueño erótico con Andrés.
Mientras, Tasio se disculpa “de corazón” con Claudia por todo el daño que le ha hecho y la muchacha lo perdona. Pero cuando el operario saca a relucir el intento de suicidio, la dependienta se agobia, le ruega que la deje en paz y aparece Mateo, que despacha a Tasio.
Más tarde, en la cantina, Claudia vuelve a ser acosada por un trabajador. Carmen se lleva a su amiga y Tasio derriba al abusador de un puñetazo. “¡El que se meta con ella se las verá conmigo!”, advierte a voces a sus compañeros. Marta decide despedir a Tasio, aunque Damián trata de disculpar al muchacho alegando que tuvo una infancia dura y exige a su hija que deje en sus manos ese “desagradable” asunto… Ante las súplicas de Tasio, Damián le da una última oportunidad.
En la tienda, Fina duda si marcharse a París con Esther. Marta le asegura que nadie le podrá dar la libertad que le ofrece Francia. “Tienes que ser feliz. No hay nada que yo desee más”, se emociona la jefa. Luego, Fina expone sus planes a Isidro. Su padre, para que no sufra con su deterioro, la anima a hacerlos realidad.
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Sin embargo, en la casa, Digna demanda al chófer que, antes de que Fina se vaya, le diga que se está muriendo. “Ahora más que nunca debo callar”, zanja Isidro, que abraza a Digna mientras Damián observa la escena por la cristalera... De inmediato, se presenta en las dependencias de los Merino y pide explicaciones a su cuñada, argumentando que le dio un vuelco el corazón al verla tan cariñosa con Isidro. Digna, muy molesta, asegura a Damián que solo consolaba a su amigo.
Andrés y Joaquín idean un proyecto para ampliar el muelle de carga. Jesús avisa a su primo: su hermano quiere explotar sus cualidades para luego llevarse él todo el mérito. “Ándate con ojo”, le aconseja, a la vez que le alerta sobre el alcance que tendría desvelar a Andrés el secreto de la lavanda navarra.
Después, Elena se queja a Jesús de su nuevo puesto y de que a Marta le ha faltado tiempo para humillarla. Piensa que no merece ese “castigo” y quiere volver a ser su secretaria, pero él insiste en que debe esperar a que “las cosas” con Begoña se calmen.
En la mansión, Andrés agradece a Begoña que le parara los pies cuando estaba decidido a cancelar su boda. Está convencido de que, él con María y ella con Jesús, serán felices. “Ahora nos querremos como cuñados”, apuntilla el exmilitar mientras Begoña parece a punto de romper a llorar.
Andrés llega al laboratorio de Luis con novedades sobre Luz. La doctora no consta como trabajadora de la cárcel de Medina del Campo donde estuvo presa Blanca, su vieja amiga, que ha vuelto a ser detenida por robo a mano armada. Los dos primos concluyen que Luz ha engañado a todos. “A mí, el primero”, puntualiza Luis.
Jesús lleva a Julia al dispensario para que la niña vea cómo trabaja Begoña. A la salida, ésta suplica a su marido más dinero para el comedor social. Él, con tal de contentarla, transige. Por su parte, Elena acecha con rabia a la familia a través de una ventana…
Después, exige a Begoña que su marido la restituya en su puesto, lamenta tener que pagar los arrebatos de “una esposa insegura” y se jacta de que alejarla de Jesús no funciona. “Hicimos el amor hace dos días”, afirma Elena, sembrando de nuevo en Begoña la semilla de la duda… “Ahora, sigue jugando a la familia feliz”, suelta la exsecretaria al marcharse…
Si quieres saber más, adelántate a los próximos capítulos en nuestro sexto avance semanal de “Sueños de libertad”.
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