Mientras María y Andrés regresan de luna de miel, Begoña, temiendo heredar el trastorno de su madre, calibra las consecuencias de contar a Jesús la verdad sobre Mercedes. Esto y más, en el capítulo 41 de “Sueños de libertad”, el lunes 22 de abril en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el viernes 19 de abril, una semana después, Begoña aún ocultaba a Jesús que la mujer del sanatorio es su madre… Al hablarle del pasado, Mercedes entendió que Begoña es su hija… Y Digna, enfadada con Damián desde la boda, sentenció que nada se puede arreglar ya entre los De la Reina y los Merino. Mientras, Joaquín se hundía poco a poco en el alcohol…
Avance de lo que pasará el lunes 22 de abril en el capítulo 41 de “Sueños de libertad”
Mientras Begoña acaricia el babero que le bordó su madre, Jesús entra en la alcoba y ella afirma que lo guarda para su futuro bebé. Esto despierta otra vez en el empresario el deseo de tener un heredero, pero su mujer empieza a temer que no pueda quedarse embarazada.
A todo esto, Andrés y María vuelven de su luna de miel en Italia y ella, exultante, asegura a Gema que fue una estupidez pensar que su flamante marido sentía algo por Begoña. La sirvienta no parece alegrarse demasiado de que María haya sido tan feliz en el viaje…
Más tarde, extrañada por la actitud de Gema, María le pregunta qué ocurre, y la criada confiesa que los Merino van de mal en peor. “No estar bien con Joaquín es lo que más me duele”, se derrumba, intuyendo que su marido la odia. María le recomienda que finja que lo necesita para que él se sienta útil.
Y Jesús comunica a Damián y sus hermanos que su más importante distribuidor ha reducido drásticamente los pedidos. Barruntan que Floral trama algo tras el éxito de ventas del perfume de Luis. Marta sospecha de Elena, que trabaja ahora para la competencia… ¿Se estará vengando de Jesús, que la echó después de agredirla y humillarla?
En el dispensario, Begoña admite estar obsesionada con la posibilidad de heredar la enfermedad mental de Mercedes, y cree que eso le impide quedarse encinta. Luz le aclara que no hay razón para preocuparse y piensa que su amiga ha encontrado la excusa perfecta para no tener hijos con Jesús.
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Entretanto, Joaquín, aferrado a la bebida, llega a la fábrica y Andrés lo nota raro. En cuanto supone que se ha quedado solo, saca una petaca y toma un buen trago de whisky… Pero su primo lo ha visto todo…
Inmediatamente, el exmilitar se presenta en el laboratorio y advierte a Luis de que su hermano está cayendo en un pozo de difícil salida. Andrés ruega a su primo que hable con Joaquín, y el perfumista, a pesar del abismo que hay entre ellos, promete que lo intentará.
En la tienda, Carmen desvela a Fina que, ignorando su consejo, fue a quejarse a Marta de su favoritismo hacia ella, y su compañera le aclara que no es la favorita de Marta, sino su novia… Su amiga le suplica discreción absoluta y la sevillana, ojiplática, le avisa: ”Te estás metiendo en la boca del lobo”.
Mientras, Tasio aborda a Damián, le cuenta que Carmen se niega a casarse con él por motivos económicos y le pide otro trabajo. El patriarca, que ve al muchacho muy enamorado, acepta saltarse la cadena de mando y obviar a Joaquín, el superior de Tasio, y le da un segundo empleo como conductor.
Por la noche, Andrés cuestiona a Marta si Elena podría tener motivos para vengarse de los De la Reina, pero su hermana dice no saber más de lo que contó en la reunión sobre la exsecretaria de Jesús. Sin embargo, el benjamín ata cabos y concluye que jefe y ayudante eran amantes. “No hay nada peor que una persona despechada”, puntualiza Marta.
Luis acude a las dependencias de los Merino en auxilio de Joaquín. El perfumista trata de hacer entender a su hermano que los baches no se superan embriagándose, pero éste, borracho, no atiende a razones. Digna aparece en medio de la trifulca y se pone del lado de su hijo mayor. “¡Me vais a matar!”, clama cuando Luis se marcha y, al girarse, ve con horror que las botellas del mueble bar están casi vacías…
De nuevo en la alcoba, Jesús insiste en que Begoña le dé un retoño, pero ella cambia de tema y, muy nerviosa, explica a su marido que la que está en el sanatorio no es su tía, sino su madre.
También le pone al tanto del pavor que tiene a heredar su trastorno y transmitírselo a sus posibles hijos, aunque asegura que Luz ya la ha sacado de su error. El empresario, petrificado, solo acierta a decir: “Llegamos tarde a la cena…”
Si te has perdido algo, repasa los capítulos anteriores en nuestro último avance semanal de “Sueños de libertad”.
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