Ignacio de Ayala se ha visto solo y acorralado, así que ha hecho las maletas para no regresar nunca más a La Promesa. Pero antes le ha dedicado a su amiga Cruz una intrigante despedida. ¿Mal augurio?
Las despedidas se suceden en estas últimas semanas en “La Promesa”, al tiempo que se va dando paso a nuevos personajes, señal de que estamos llegando al final de la tercera temporada y preparando el terreno para la cuarta.
En esta ocasión, le ha tocado decir adiós al Conde de Ayala. Ignacio se ha marchado del palacio de los Marqueses de Luján en el episodio 474 emitido este jueves 28 de noviembre. Y, aunque ha intentado hacerlo discretamente, Cruz le ha pillado con las manos en la masa.
No obstante, el Conde le ha dedicado a su amiga una frase que se le ha quedado a la Marquesa en la cabeza y que a doña Petra le ha resultado muy intrigante: “El pasado siempre acecha y estoy seguro de que el tuyo está a punto de alcanzarte”. A Cruz se le ha venido a la mente Leocadia de Figueroa, una mujer a quien también conoce su ama de llaves y que, al parecer, todos daban por muerta. Pero eso es otra trama que veremos próximamente.
El caso es que Ayala se va de rositas sin que Cruz se entere de que Petra y él tuvieron un romance de juventud, fruto del cual nació su hijo Feliciano. Un cabo suelto que promete quedarse así, pues el actor que interpreta al Conde, Miquel García Borda, se ha despedido de sus compañeros de rodaje, que le han entregado un ramo de flores, señal inequívoca de que no va a regresar.
Miquel García Borda se despide del equipo de #LaPromesa ¡Te echaremos mucho de menos! ❤️ pic.twitter.com/j4RxMdS9YZ
— La Promesa (@lapromesa_tve) November 28, 2024
Ayala, el padre biológico de Feliciano en “La Promesa”
Recordemos que Ayala apareció en La Promesa tras morir Feliciano y que, en un primer momento, parecía seguir enamorado de Petra. Aunque de lo que en realidad estaba enamorado el Conde era del dinero.
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Por eso, terminó pegándose a Margarita, recién enviudada y poseedora del 25% de las tierras de los Luján. Pero su obsesión llegó demasiado lejos, hasta el punto de fingir un envenenamiento para enviar a la cárcel a la hija de su prometida, Martina.
La joven, que se oponía radicalmente a que su madre contrajera matrimonio con el Conde, se libró de la prisión por poco, aunque terminó ingresada en un sanatorio donde casi pierde la cabeza. Por suerte, Curro la rescató nada más regresar de la guerra y descubrir dónde la habían enviado.
Desde entonces, Ayala fue perdiendo la confianza de Margarita hasta el punto en el que ella puso tierra (y océano) de por medio y se fue a Canadá junto a sus hijos mayores, huyendo de un matrimonio que estaba maldito desde el inicio y dejando a Martina en manos de los Marqueses.
Lo cierto es que Ayala nunca gozó de la simpatía del resto de los habitantes de La Promesa, que le consideraban un hombre petulante y engreído.
Al final, ha sido Lorenzo quien ha logrado desenmascararle y hacer que ponga pies en polvorosa. Eso, sumado al hecho de que Petra y Martina unieron sus fuerzas contra él y le contaron al Marqués que Ayala había adquirido el veneno para fingir que la hija de Margarita quería matarle.
Miquel García Borda, a pesar de haber tenido que meterse en la piel de un personaje odioso, se ha ganado el corazoncito de todos sus compañeros. Especialmente emocionados estaban Guillermo Serrano (Lorenzo), Amparo Piñero (Martina) y Manuel Regueiro (Alonso) mientras el actor daba las gracias a todos y les aseguraba que les iba a echar mucho de menos.
Ahora, tenemos un malvado menos en “La Promesa”, pero esto es como el refrán: “Otro vendrá que bueno me hará”. Y nos tememos que lo que viene puede ser muy, muy inquietante.