Después de muchos capítulos teniéndonos en ascuas, por fin el episodio 76 de “La Promesa” ha desvelado lo que sucedió la fatídica noche en que el Barón de Linaja desapareció. Y sí, como sospechábamos, Jana, María, Teresa y Pía estaban implicadas. Por si te lo has perdido, recopilamos, paso a paso, lo que pasó para que el padre de la Marquesa de Luján terminara despeñado con su coche.
Fátima Cruz
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Más de una semana después de conocer que el Barón de Linaja se encontraba en paradero desconocido, y unos días más tarde de que Funes anunciara que habían encontrado su cadáver al fondo de un barranco, el capítulo 76 de “La Promesa”, emitido este martes, ha desgranado por completo lo que sucedió en el palacio la noche en que el padre de la Marquesa desapareció para siempre.
Mientras la familia se ausentaba para asistir al funeral de Juan Ezquerdo, las doncellas Jana, María y Teresa, junto al ama de llaves, doña Pía, recordaron lo que vivieron aquella terrible noche.
Jana, Teresa, María y doña Pía, cómplices del asesinato del Barón
Todo comenzó cuando el Barón requirió la presencia de Teresa en la biblioteca para servirle un té. La muy inocente llevaba ya días siendo alertada por Mauro y doña Pía de que el Barón no era trigo limpio. Sin embargo, no fue hasta el final que se dio cuenta de que ese señor quería algo más con ella.
Efectivamente, al llegar a la biblioteca, el padre de Cruz intentó sobrepasarse con Teresa. Pero la cosa no fue a más porque Pía, que ya estaba alertada por Candela, se presentó allí de inmediato. El viejo, al verla, lejos de asustarse, se vino arriba e intentó acercarse a ella con malas intenciones. Es ahí cuando el ama de llaves, en un arrebato por defenderse, agarró la estatua que tantas veces hemos visto y se la estampó en la cabeza sin miramientos.
El Barón cayó desplomado y muerto en el acto. En ese instante, entraron Jana y María, que acudieron al escuchar jaleo. Las cuatro, entonces, se convirtieron en cómplices. Envolvieron a don Juan en una alfombra gigante y lo bajaron hasta las dependencias del servicio con mucho esfuerzo por el peso.
Una vez lejos de miradas indiscretas, tuvieron la idea de montar al Barón en su coche, junto con sus maletas, y simular un accidente de tráfico. Pía condujo mientras Jana hizo de copiloto y las otras dos se quedaron en los jardines esperando.
Después de un trayecto tortuoso en mitad de la madrugada, y siguiendo las indicaciones de Jana, llegaron hasta el barranco, donde despeñaron el coche del viejo con su cuerpo dentro.
Los secretos de Jana y Pía
Jana y doña Pía tuvieron que regresar caminando hasta La Promesa, y es entonces cuando se confesaron la una a la otra sus mayores secretos. El ama de llaves le contó a la doncella que estaba embarazada del Barón, y que el bebé era fruto de una violación, algo que espantó a Jana.
Ella, por su parte, abrió su corazón a doña Pía relatando la historia del asesinato de su madre, Dolores, y el secuestro de su hermano. De esta manera se forjó una alianza entre ambas, que compartiendo tales historias sellaron una amistad que creemos inquebrantable.
Al llegar a palacio, se reunieron con María y Teresa y, tras reponerse un poco, comenzaron su jornada como si tal cosa, pactando que nunca más hablarían de ello, por su seguridad.
Alberto González, en "Si el servicio hablara..."
Con motivo de analizar un episodio tan crucial, la tarde de este martes se emitió también un especial del videopodcast “Si el servicio hablara…”, donde contaron con la presencia de Alberto González, el actor que ha dado vida al Barón de Linaja.
El actor recalcó que lo que más le gustaba en el mundo a Juan Ezquerdo era el poder. Pero no solo tenerlo, sino ejercerlo. “Lo ejerce sobre cualquiera: hijos, nietos, marqueses, el servicio, por supuesto. Las mujeres, es un seductor compulsivo, es un depredador. No tanto por asaltar a la mujer, sino por ejercer el poder. La sumisión. Él goza viendo a la gente sometida", aseguró sobre su personaje.
Alberto González agradeció a la ficción de Bambú haberle dado la oportunidad de interpretar a un personaje como el Barón durante tantos capítulos. Él, al que siempre hemos visto como secundario ocasional en muchas series españolas, ha disfrutado especialmente de esta experiencia.
"Echaba de menos poder tener un rodaje con tres meses donde yo pudiera explayarme como actor, porque siempre he dicho de mí que soy como una abejita Maya, que voy de capítulo en capítulo, de serie en serie, pero nunca he recalado de una forma así, sólida, en una serie, y “La Promesa” me ha dado esta oportunidad", contó el actor.
Y es así como nos despedimos para siempre del Barón de Linaja, un malo entre los malos en la ficción nacional. ¿Quién vendrá ahora a ocupar su lugar? Tendremos que seguir disfrutando de “La Promesa” para comprobarlo.
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