Fina se muestra dispuesta a empezar una relación seria con Marta. Mientras, una inesperada visita hace que Mateo aumente sus dudas sobre las intenciones de don Agustín. Esto y más, en el capítulo 37 de “Sueños de libertad”, el martes 16 de abril en Antena 3 a partir de las 15:45 horas.
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En el episodio anterior de “Sueños de libertad”, emitido el lunes 15 de abril, las monjas confirmaron que la tía de Begoña dio a luz antes de ingresar en su sanatorio. Luis reprochó a Joaquín que saboteara su contrato con Floral y se fue de casa. Además, tras la amenaza de don Agustín de destapar “la historia de Gervasio”, Damián dejó al cura en la colonia. Y Jesús se enteró de que la residencia de Eugenia la paga Andrés.
Avance de lo que pasará el martes 16 de abril en el capítulo 37 de “Sueños de libertad”
Ante el escándalo generado por los hermanos De la Reina en su discusión sobre Begoña, María se presenta en el despacho preguntando qué pasa, y al segundo aparece también su cuñada. Jesús exige a su mujer que le explique por qué su hermano conoce temas “que ni yo mismo sé”. Además, avisa a María de que a su prometido “le gusta meterse donde no le llaman”.
Cuando se entera de que Andrés está pagando el sanatorio de Eugenia, María dice no saber de qué habla Jesús, pero se pone de su lado. A solas, Begoña vuelve a escudarse en que temía la reacción de su marido y le asegura que por eso aceptó la ayuda de su cuñado.
Por su parte, Andrés revela a María que Begoña no le pidió el dinero para la clínica de su tía, sino qué él mismo se lo ofreció cuando la vio superada por las circunstancias. Pese a estas aclaraciones, tanto Jesús como María se muestran muy celosos. La última, a horas de su boda, vuelve a sospechar que entre Begoña y Andrés hay algo.
En la fábrica, Tasio le desvela a Claudia que Mateo está preocupado por ella. El chico cree que pasa demasiado tiempo con don Agustín y que el cura la está manipulando. Más tarde, Claudia aconseja a Mateo que siga su ejemplo y perdone “a quien hace las cosas mal”.
En las dependencias de los Merino, a Joaquín le ha dado por la bebida tras la marcha de Luis, y confiesa a Digna que teme ir a trabajar por si Jesús vuelve a humillarlo, aunque su madre lo convence para que vaya, y “con la cabeza muy alta”.
En la cocina, María se encuentra con Begoña, que se disculpa con su cuñada por haber estropeado el día previo a su enlace. La joven resta importancia a la pelea de Jesús y Andrés, pero advierte a la enfermera: “A partir de ahora, mi futuro marido sólo sabrá de mis secretos”.
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Luego, María se desahoga con Gema, a la que vuelve a reiterar que intuye que entre Andrés y Begoña no solo hay una relación de amistad, y la sirvienta achaca su obsesión a los nervios previos a la boda. Atormentada, María ruega a Gema que busque pruebas en la habitación de su prometido…
Entretanto, Jesús presenta a Damián los números que corroboran que comprar la lavanda en Navarra ha sido un negocio redondo. Su padre se alegra, pero no olvida la traición de su primogénito. En ese momento, Digna entra con el café y derrama una taza sobre su sobrino, que comienza a protestar. Damián le dice que ha sido un accidente y lo manda a cambiarse de ropa.
Tras la recomendación de Claudia, Mateo expone a Tasio que cree que se ha pasado con don Agustín. Poco después, una llamativa mujer entra a la cantina preguntando por el párroco de la colonia, y Mateo se ofrece a cogerle el recado. “Dígale que ha venido Susana, él sabe quién soy”, afirma la desconocida.
Y en el almacén, Carmen y Tasio mantienen una tensa conversación a cuenta de su distanciamiento cuando una pareja de la Guardia Civil se persona para arrestar al operario…
En la mansión, Gema entrega a María una carta de su difunto padre que ha hallado en el cuarto de Andrés. Se trata de la ficticia misiva del general Duque que Damián falsificó junto a un notario para hacer que su hijo olvidara a Begoña. “No se casa conmigo por amor, sino por compasión”, sentencia María a lágrima viva tras leerla.
Mientras, Fina y Marta comparten habitación de hotel después de haber pasado la tarde en Madrid por motivos de trabajo. Ambas se besan y acarician, pero la jefa está visiblemente nerviosa, y la dependienta la tranquiliza: no tiene por qué pasar nada. Finalmente, terminan durmiendo abrazadas…
Si quieres saber más, adelántate a los próximos capítulos en nuestro octavo avance semanal de “Sueños de libertad”.
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